En el partido más importante de la temporada, la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) recibió la noticia de una nueva demanda presentada por 10 exjugadores por incumplimiento de su programa de beneficios por discapacidad. El jueves anterior al Super Bowl V en Arizona, un tribunal de distrito de Maryland presentó un expediente alegando que la Junta del Programa de Discapacidad, la liga y el comisionado Roger Goodell negaron a sabiendas los beneficios por discapacidad a pesar de la evidencia médica, pero todo debido a lesiones físicas y discapacidades mentales.
Entre los demandantes se encuentran el campeón del Super Bowl XXXII de los New York Giants, Jason Alford, y el dos veces jugador de Pro Bowl, Willis McGahee. El grupo pudo ver que su solicitud ha sido rechazada varias veces por médicos con altas tasas de rechazo y que resultan ser los médicos mejor pagados de la liga. Acusan a la NFL de querer apoyar los informes médicos para justificar el pago del salario mínimo en el programa de beneficios porque los médicos que pagan menos tienen tasas de aprobación más altas en las solicitudes porque detectan problemas con los pacientes.
Por ejemplo, entre el 31 de marzo de 2019 y el 1 de abril de 2020, los médicos que ganan más de $210 000 al año determinaron que el 4,5 % de los jugadores tenían una discapacidad total y permanente. Durante el mismo período, el 30 por ciento de las personas diagnosticadas con discapacidades por los médicos recibieron entre $ 54,000 y $ 60,000. El caso de Eric Smith está documentado en la demanda. Al jugador de los New York Jets, que sufrió 13 lesiones cerebrales antes de 2012, se le negó su primera solicitud. Cuando volvió a solicitar los beneficios en 2015 después de ser evaluado por un médico que ya había encontrado una alta tasa de lesiones en los jugadores, fue aprobado, pero el salario del médico se redujo de $34,268 a $16,711 al año siguiente.
Cuando quiso solicitar la incapacidad permanente y total en 2018, fue rechazado en varias ocasiones, a pesar de lesiones como el cuello, la cabeza y la columna vertebral. Una solicitud denegada por un médico cuya factura supera el millón. La demanda busca alterar a los seis miembros de la junta del plan de beneficios. La NFL afirma que distribuye $330 millones al año a exjugadores y sus familias. En la víspera del Super Bowl y cuando fue cuestionado por los medios, Roger Goodell dijo: "Obviamente tienen un sistema para identificar quién es elegible para los beneficios, y lo hacen de forma independiente médicos capacitados. Siempre habrá alguien que piense tienen calificaciones, no realmente, porque los expertos y la junta así lo deciden”, concluyó.