El Barcelona se queda insatisfecho y con deseos de obtener más resultados.

 


El Barcelona se queda insatisfecho y con deseos de obtener más resultados.


 El equipo del Barcelona finalizaba su actuación en la etapa de grupos de la Champions League, enfrentándose al Atalanta en el Estadio Olímpico Lluís Companys, en la octava y definitiva fecha de la Fase de Grupos de la Champions. Después de mostrar su mejor rendimiento en la UCL con una increíble remontada en el Estadio Da Luz contra el Benfica, el Barcelona se enfrentaba a un partido en el que buscaba asegurar su posición en la clasificación bajo la dirección de Flick. El objetivo del Atalanta era clasificar dentro de los ocho primeros lugares.


 El Barcelona necesitaba obtener la victoria y esperar que el Liverpool fuese derrotado por el PSV, que estaba luchando por avanzar de ronda. La segunda parte de la condición se cumplió, aunque la primera no, lo cual hacía que la segunda fuera irrelevante. El empate en el terreno del Barcelona no fue beneficioso para ninguno de los dos equipos en su camino hacia su meta final.


 Lewandowski, máximo goleador de LaLiga, fue seguido de cerca por Mbappé al marcar el gol que puso en marcha el partido en Montjuic. Desde el inicio del partido, el equipo italiano comenzó presionando arriba y forzando a Szczesnya a despejar largamente para evitar complicaciones. Szczesny rescató al equipo al detener el primer gol del rival tan solo a los 10 minutos del encuentro. Zappacosta causó estragos al moverse por el lado izquierdo y estuvo cerca de anotar un gol en propia puerta al impedir que De Ketelaere empujara la pelota.


 Aunque Lamine estaba en plena forma arriba, el portero culé fue el que tuvo más complicaciones al inicio del partido, al tener que detener un disparo de Retegui que pudo haber significado un gol para el equipo local. El balón se movía de un sector a otro, principalmente por el lado izquierdo, donde los dos equipos participaban de manera muy dinámica.


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 Mientras Lamine trataba de encontrar la manera de abrir la lata en la parte de arriba, el Liverpool se alejaba en la clasificación con un gol. En el Estadi Olímpic Lluís Companys, el Atalanta seguía con su estrategia de presionar en el área contraria, sin embargo, evitaba apretar al poseedor del balón para evitar ser superado. Una estrategia exitosa que lamentablemente no tuvo una recompensa.


 El gol del Atalanta fue invalidado por el árbitro.


 Los italianos lograron marcar a los treinta minutos de juego cuando Zappacosta aprovechó un rebote después de un intento de regate del delantero belga. El gol fue revisado por el VAR y el árbitro decidió que no fuera validado.


 Observando diferentes competiciones, el Barcelona continuaba sin poder alcanzar el primer lugar, ya que el PSV logró igualar en el marcador, pero el Liverpool respondió rápidamente. El Barcelona no lograba encontrar lo que necesitaba en el otro equipo, ya que llegaron al descanso con un empate a cero después de una primera mitad incómoda. Raphinha intentó marcar justo antes del final, pero fue detenido por el portero italiano.


 En el segundo acto, Lamine halló su recompensa.


 El inicio del segundo acto traía consigo la noticia de que el PSV había logrado dar la vuelta al marcador, lo que significaba que con un gol más, el Barcelona se convertiría en el líder. A pesar de que al principio el Atalanta generó preocupación, no pasó mucho tiempo antes de que la dupla Lewandowski-Lamine resolviera la situación a favor del Barcelona y le otorgara el gol que les colocó en la primera posición.


 El delantero de Polonia realizó un pase increíble para habilitar a Raphinha. El jugador brasileño colocó el balón en el lugar ideal para que Lamine, sin cometer errores, marcara el gol ante un portero vencido.


 El gol no generó mucha calma, ya que poco después estuvo cerca de llegar el empate. Pasalic ejecutó un disparo que Szczesny apenas logró despejar con dificultades. Volvió a dar un toque decisivo para impedir que Retegui empujara. Después del momento de tensión, los jugadores de Flick mostraron un mayor nivel de energía, con un determinado Lamine que no paraba de buscar maneras de revolucionar el ataque del equipo culé y marcar el segundo tanto.


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 No obstante, los italianos lograron igualar el marcador gracias a un gol de Éderson, quien ejecutó un impresionante disparo con un cambio de pierna increíble, imposible de detener en el primer palo. Con este gol, el liderato se alejaba para el equipo de Barcelona.


 Flick cambió la banca y la felicidad de los italianos fue efímera. Araújo remató sin marca en el segundo palo el centro del córner derecho. Con el segundo gol, el Barcelona echaba un vistazo a Países Bajos mientras intentaba sentenciar, pero nuevamente el Atalanta contraatacó. El gol de Pasalic fue impresionante, el pase desde la derecha fue perfecto y el croata anotó por debajo de las piernas de Szczesny.


 Los últimos minutos son cruciales para el Barcelona, ya que hay mucho en juego.


 Si el Barcelona anotaba podía terminar en la primera posición, pero si recibía goles podía ubicarse en el cuarto lugar. Los últimos minutos en el estadio Lluís Companys estuvieron cargados de emoción y nerviosismo. Se barajaban diversas posibilidades, sin embargo, al final el marcador permaneció inalterado y al sonar el silbato final, el FC Barcelona aseguraba su posición como segundo en la fase de grupos, avanzando así a los octavos de final.


 El equipo italiano terminó el partido con un jugador menos y se vio obligado a jugar a la defensiva, a pesar de que el resultado no era favorable para sus objetivos. El Barcelona tenía como meta anotar un gol que estuvo muy cerca de lograr Raphinha desde el córner, pero lamentablemente no pudo concretar.


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