Endrick y Valverde logran evitar que ocurra otra situación traumática con una victoria por 5-2.
Fueron necesarios 112 minutos para que finalmente llegara la calma al enojado estadio de Bernabéu, que quedó sorprendido por el desenlace inesperado en los últimos minutos del tiempo reglamentario. Dos errores puntuales y desafortunados permitieron al Celta llevar la eliminatoria a la prórroga. Endrick y Valverde fueron clave en la remontada en los octavos de final.
La noche era ideal para la agitación en el estadio Bernabéu, con el golpe de los sables, el sonido de pipas y la música de viento enojando a la multitud. Todo esto tras la victoria contundente de la farsa de Laporta, dejando al Real Madrid en una situación desfavorable en medio del caos. Es una noche para estar preparados y listos, como diría el exfutbolista Hugo Sánchez. Especialmente, si tu apellido es Tchouaméni y tu nombre es Aureliano. Carletto tomó la decisión de que, en esta ocasión, Asencio ocupara su lugar en el centro de la defensa junto a lo que queda de Rüdiger. En un lado, Lucas Vázquez siendo cuestionado nuevamente, mientras que en el otro, Fran García logra superar a Mendy en un nuevo enfrentamiento. La sólida defensa tradicional de Mendy se ve debilitada en el presente, siendo fácil de esquivar como una silla plegable. Ceballos y Modric estarían junto a Tchou en el centro del campo para darle un descanso a Valverde y Bellingham, quienes están agotados, y a Camavinga, quien no está en su mejor momento en Yeda. Adelante, Brahim, Mbappé y Vini. Lunin se encuentra en la portería, mientras que la Copa se presenta como una amenaza imponente y misteriosa. Un mal resultado podría generar una tormenta que lo llevaría al banquillo o incluso al palco.
Algunos actúan de esa manera.
Nueva tragedia es evitada por Endrick y Valverde en el artículo 5-2.
En un frío y desalentador ambiente en el Bernabéu, donde los silbidos se hacían presentes cada vez que Tchouaméni tocaba el balón o Raúl Asencio realizaba entradas agresivas, el Madrid se mostró distante y aún se notaba el impacto de las recientes derrotas frente al Barcelona en Arabia Saudita. Hasta el futbolista azul con un nombre cósmico, Starfelt, generó nerviosismo en los seguidores del equipo blanco cuando su cabezazo desde corta distancia golpeó suavemente el travesaño. Los jugadores de Ancelotti, preocupados por la reacción del público, no lograban crear muchas oportunidades de gol. Solo pudieron realizar dos disparos inofensivos desde lejos, con Vini y Mbappé sin recibir apoyo y sin ser efectivos. Mientras el Madrid se encontraba en una situación complicada, el Celta se encontraba tranquilo, explorando el área de Lunin con frecuencia, ya sea en partidos contra equipos como el Barça, el City, el Bollullos del Condado o simplemente en momentos casuales. Sin darse cuenta, pasaron casi treinta minutos de total inactividad en el estadio Bernabéu, únicamente interrumpidos por suspiros y quejas de los espectadores. En ese tiempo, se cometió una falta evidente en la entrada del área que normalmente se sancionaría con tarjeta amarilla, pero curiosamente solo Vinícius Junior quedó exento de la decisión del árbitro.
De manera progresiva, el equipo de Madrid luchó contra su propio ritmo lento en el juego para comenzar a presionar a los jugadores del Celta, con la ayuda de dos jugadores de origen diferente. La afición del Bernabéu demostró su agradecimiento con un par de aplausos emocionados, mientras el portero del equipo contrario impedía que Brahim consiguiera calmar los ánimos de los seguidores del Real Madrid. Poco después, de una manera inesperada, se produjo la apertura del marcador. Un error grave en la entrega de balón por parte de Vini provocó un mano a mano entre Swedberg y Lunin, quien salió rápidamente a su encuentro y terminó en un engaño por parte del jugador sueco, mientras el Celta protestaba enojado. Es sorprendente que no haya señalado la falta. Recordamos al jugador Iago Aspas, que está lesionado, y pensamos en todas las jugadas brillantes que habría realizado si estuviera en el campo. El árbitro no cayó en la provocación y el sistema de videoarbitraje, que comete errores de otra índole, tampoco intervino. Extraño, de todas formas. La situación se habría complicado mucho si hubiera habido un penalti y una expulsión en el partido, poniendo en peligro al equipo blanco. De esta manera, en medio de la euforia del equipo azul, el balón fue pasado a Mbappé, quien estaba en la banda izquierda, su posición favorita. Desde allí, el jugador se encargó de superar a su marcador con un increíble despliegue de velocidad y logró anotar un gol imposible para vencer al portero del Celta. El marcador se abrió con un gol espectacular de Kylian a los 36 minutos. Vini estuvo en segundo plano y con un rendimiento poco destacado en los primeros 45 minutos y en general recientemente.
Endrick y Valverde impiden otra lesión en la página 5-2 del artículo.
El gol animó al Madrid, que se presentó en la segunda mitad con renovado ímpetu, según las palabras de Carletto. La sensación de apatía al comienzo parecía haber sido olvidada. Incluso Tchouaméni, jugando en la posición de mediocampista defensivo, en ocasiones recordaba al futbolista por el que tantos equipos del Viejo Continente estaban interesados. En poco tiempo se emitió el veredicto. O al menos, así nos dio la impresión.
Mbappé se involucró en la jugada, realizando un recorte en el centro del campo al estilo de un torero, y con habilidad envió un pase largo para Brahim. El hombre de Málaga aguardó el momento preciso para pasarle el balón a Vini, quien con serenidad devolvía la calma a los espectadores, que solo se vieron perturbados por un error defensivo que estuvo a punto de convertirse en un desastre, pero que finalmente fue salvado por Tchouaméni. La vida nos depara sorpresas interesantes.
El arquero del Celta cometió un error al realizar un mal pase que dejó a Vini en una posición favorable frente al arco rival. Starfelt evitó el gol al interceptar un pase que había pasado por encima del portero, imitando la habilidad de González Blanco. Hace unos momentos, Mbappé estuvo a punto de marcar el gol decisivo con un cabezazo desviado, aunque estaba a solo un metro de la portería, luego de un magnífico pase de Brahim, y también con un disparo curvado cerca del ángulo posterior. El Celta mostró resistencia al enfrentarse a un remate cercano de Ilaix Moriba, un joven talento surgido de La Masía, que podría ser candidato al premio Ballon D´Or en el futuro.
El Madrid lograba evitar de manera abrupta otro tropiezo en la Copa, deshaciéndose de posibles obstáculos y postergando temporalmente cualquier intento de venganza por parte de sus rivales.
Aunque el ambiente sombrío previo al partido era evidente, todo indicaba que la noche iba a transcurrir de manera tranquila. Güler, Endrick, Camavinga y Valverde ingresaron al partido en sustitución de Modric, Brahim, Mbappé y Ceballos, y también presenciamos cómo un gol más de Güler fue invalidado debido a un regalo de Vinícius. Presenciamos otra vez el cortocircuito de Eduardo. En el minuto 82, un pase hacia atrás mal ejecutado resultó en que Bamba quedara libre frente a Lunin y pudiera marcar sin oposición. Camavinga, para poder bailar la bamba. Los nervios y la angustia se hicieron presentes una vez más, trayendo consigo demonios y fantasmas tanto de Arabia Saudita como de otros lugares lejanos. Con gran crueldad, en el minuto final, se llevó a cabo un penalti impetuoso, fogoso e imprudente por parte de Asencio sobre Bamba. Falta cometida en la etapa juvenil. En los instantes finales del partido, Marcos Alonso logró igualar el marcador desde el punto de penalti, justo antes de que se dispute la prórroga y se produzca el cambio de Fran García por Jude Bellingham. En resumen, dos errores específicos y graves resultaron en un tiempo extra en medio de la tensión del estadio Bernabéu.
No es favorable para el equipo de Madrid.
Con determinación pero sin suerte y sin poder superar la sólida defensa de los gallegos, ambos equipos jugaron un primer tiempo suplementario sin ninguna oportunidad clara de gol, solo destacando una jugada de Valverde y otra de Camavinga que no lograron concretar, en un peculiar once elegido por Ancelotti. El astuto zorro de Reggiolo seguramente no estaba preparado para esta situación inesperada. Es importante destacar que Rodrygo reemplazó a Vinícius para enfrentar la parte final del partido, con la posibilidad de lanzar un penal. Endrick conjuró un aciago destino al minuto 107 al recibir un pase interior de Aladín Güler, que hasta ese momento estaba desaparecido.
Ilustración del artículo 5-2: Endrick y Valverde logran evitar una situación difícil nuevamente.
El joven Bobby Brown de Brasil, con sus muslos robustos que parecen una maquinaria industrial, hizo un giro brusco para impactar con más fuerza el balón en la portería del equipo celta. Los espíritus causaban menos miedo, figuras que Valverde lograría ahuyentar por completo con otro potente disparo desde Montevideo.
En el minuto 112, el equipo merengue marcó el cuarto gol y culminó con una gran goleada, gracias a un taconazo de Endrick, quien estaba ansioso por impresionar a la afición con su habilidad. El Madrid lograba evitar otro fracaso en la copa de forma temblorosa, alejando preocupaciones y posponiendo posibles consecuencias negativas por un tiempo. Este cadáver aún se mantiene con vida.
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